Hay cosas que no deberían permanecer enterradas... sino ser destruidas.
La medio vampiro Cat Crawfield tendría que estar pasando por el mejor
momento de su vida. Con su amante vampiro Bones a su lado, consigue proteger
con bastante éxito a los mortales de los bellacos no-muertos. Pero a pesar de
que ha ido cambiando de identidad constantemente para mantenerse a salvo de las
asquerosas sanguijuelas que quieren verla muerta, su secreto finalmente ha
salido a la luz poniéndola en un tremendo peligro. Y, por si eso no fuera
suficiente, una mujer venida del pasado de Bones está dispuesta a enterrarle de
una vez por todas.
Atrapada en la encrucijada de un vengativo vampiro y dispuesta a ayudar
a Bones a detener una letal magia que podría ser desatada, Cat está a punto de
aprender el auténtico significado de "tener mala sangre". Y todos los
trucos que ha aprendido como agente especial esta vez no le serán de ayuda,
porque necesitará aunar todos sus instintos de vampiro para poder salvarse a sí
misma, y a Bones, de un destino peor que la tumba.
Opinión personal:
Otra vez esta saga me ha fascinado. Simplemente me sorprendió con otra
aventura. A veces pienso que la
autora no se queda sin imaginación jamás.
El rumbo de la historia era completamente desconocido para mí, ya que si
hubiese tenido que guiarme por el final del segundo libro, pues me hubiese
quedado en blanco, ya que en el libro anterior todo parecía perfecto y tubo un
“final feliz” ,pero otra vez la escritora volvió a sorprendernos con esta
increíble historia creando un villano muy fácil de odiar y trayendo personajes
que los van a dejar con la boca abierta, sobre todo uno en particular que
aparece a mediados de la historia y que es muy famoso fuera de esta saga.
En esta tercera parte nos encontramos al mundo vampírico en guerra. Tras
haber aparecido OTRA VEZ el padre de Cat y casi haberla matado, Bones se
propone buscar a la persona que envió a Max, El padre de Cat, a matarla.
Nos encontramos alianzas entre vampiros, la perdida de muchos personajes
que supieron llegarme al corazón y sobre todo Bones.
La verdad es que nunca me cansare de Bones. Es uno de mis vampiros
favoritos por su narcisismo que lo hace completamente encantador, su amor por
Cat y su sed de venganza cuando se trata de las personas que dañaron a los
suyos.
Esta saga no puede cansarme, no es como esas sagas que ya son tan
explotadas que llegado a un punto, te cansas y lo dejas. No, simplemente la
autora sabe cómo mantener al lector enganchado hasta el último momento y
siempre cuando crees que la historia va a ser cliché, la autora saca algo nuevo
de la galera, como es el caso de este libro.
Sé que esta reseña no es de las más larga que eh hecho pero es que estoy
tan apurada por ir a leer el que sigue que hasta acá voy a hacer llegar la
reseña.
Así que si leyeron los dos anteriores y se dejaron estar para
continuarlo, como yo lo hice, pues no lo hagan por que este libro les va a encantar tanto
como los anteriores, además si las escenas fuertes no son mucho de tu agrado,
pues puedes quedarte tranquila ya que en comparación con los anteriores, este
no tiene casi nada. Así que disfrútenlo.
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